27 Apr
27Apr

Como dijo una vez Sherlock Holmes, 'no hay nada más engañoso que un hecho evidente'. En el mundo de la investigación forense, esta afirmación cobra una nueva relevancia cuando se trata de analizar los residuos de disparo de arma de fuego en la escena del crimen. A primera vista, estos diminutos vestigios pueden parecer insignificantes, pero bajo un microscopio y con la técnica adecuada, pueden revelar una riqueza de información sobre la naturaleza y el contexto de un incidente. En este artículo, exploramos su origen,  importancia y la técnica que se utiliza internacionalmente para identificarlos.

¿De dónde provienen los residuos de disparo de arma de fuego?

Al disparar un arma de fuego, se liberan al ambiente diferentes tipos de sustancias, llamadas genéricamente residuos de disparo (GSR por su sigla en inglés, derivada de gunshot residue). La nube que se produce está compuesta por partículas del propelente combustionadas o parcialmente combustionadas (pólvora), componentes metálicos del proyectil (encamisado o parte estructural del mismo) y partículas de los elementos que componen la cápsula iniciadora (fulminante). 

Un cartucho de arma de fuego se compone de dos tipos de carga, una iniciadora y otra propulsora. La carga iniciadora es lo que denominamos fulminante y la carga propulsora es la pólvora. A partir de esto, se generan dos tipos de residuos muy diferentes provenientes del disparo de arma de fuego. Es importante diferenciar entre los residuos de pólvora y residuos del fulminante, ya que la toma de muestra para cada uno de ellos es distinta y se analizan con instrumentales diferentes. Existen los residuos de tipo orgánicos que son producto de la combustión y no combustión de la pólvora y los residuos de tipo inorgánicos, que son productos de la fusión de las sales componentes del fulminante.

(insertar imagen de cartuchos)

El fulminante es una mezcla explosiva colocada en la parte posterior del cartucho, que al detonar, produce la deflagración de la pólvora. Si bien existen diferentes composiciones, la más comúnmente utilizada, conocida como tipo Sinoxid, se encuentra compuesta por estifanato de plomo, sulfuro de antimonio y nitrato de bario. Existen municiones desarrolladas libres de plomo y metales pesados denominados Sintox (no tóxicas), las cuales son difíciles de encontrar en nuestro país debido a su alto costo.   

Los residuos que ahora buscamos son aquellas partículas metálicas procedentes del fulminante que se han formado como consecuencia de las elevadas presiones y temperaturas alcanzadas durante el disparo de arma de fuego. Estas condiciones hacen que los metales se vaporicen y posteriormente se enfríen dando lugar a partículas de forma esferoidal y sin aristas. La mayoría de las partículas tienen esta morfología, pero también pueden formar agregados o ser irregulares como consecuencia de su rotura al colisionar con la superficie de impacto. Su tamaño es variable, oscilan entre 0,5 y las 5 micras, y su composición elemental es de Plomo, Bario y Antimonio. Al momento del disparo, las mismas son expulsadas por la boca del cañón y demás ranuras del arma, en todas direcciones y se depositan principalmente en las manos, antebrazos, el torso, cara y pelo del tirador, como así también en los objetos, prendas y/o personas que están en las inmediaciones donde se produjo el disparo. Tanto el tipo de residuo como las características de la deposición varía con el tipo de arma y munición utilizada.

Según la norma ASTM INTERNATIONAL E1588-20 “STANDARD PRACTICE FOR GUNSHOT RESIDUE ANALYSIS BY SCANNING ELECTRON MICROSCOPY/ENERGY DISPERSIVE X-RAY SPECTROMETRY”, estas partículas son denominadas “partículas características”. Además la norma considera también “partículas consistentes” a aquellas donde su composición elemental es:

  • Plomo, bario, calcio, silicio
  • Bario, calcio, silicio.
  • Antimonio, bario
  • Plomo, antimonio.
  • Bario, aluminio.
  • Plomo, bario.

Cabe aclarar que la presencia de estas últimas no son determinantes, sino que acompañan al resultado de aquellas denominadas “características”.

Pero… ¿Por qué son tan importantes?

Para que un residuo de disparo sea considerado como una evidencia fiable algunos investigadores realizaron estudios poblacionales para conocer la composición de las partículas de origen ocupacional o ambiental que puedan ser confundidas con residuos de disparo. Por lo que se tomo muestras a personas de diferentes rubros tales como industriales (automotor, pinturerías, vidrios, soldadura, etc.), manejo de pirotecnia, odontólogos, entre otros. De estos estudios se puede deducir que, si bien ciertas actividades pueden producir partículas de composición similar a los residuos de disparo, éstas no se confunden con ellos porque o bien van asociadas a elementos no permitidos o raramente encontrados en los residuos de disparo, o no tienen la morfología adecuada, o su tamaño no es el pertinente.

Por lo que podemos concluir que las “partículas características” solo se pueden encontrar en presencia de un disparo de arma de fuego, mientras que las “partículas consistentes” pueden estar asociadas a un disparo de arma de fuego pero no son exclusivas de éste. Esto quiere decir que un resultado positivo para GSR se obtiene cuando existe la presencia de al menos una partícula que posea en forma fusionada la combinación de los elementos Plomo-Bario-Antimonio (Pb-Ba-Sb).


La técnica por excelencia para análisis de residuos inorgánicos de GSR aceptada por la comunidad forense, se basa en el uso del Microscopio Electrónico de Barrido (MEB o SEM, por su sigla en inglés derivada de Scanning Electron Microscope). 

La microscopía electrónica de barrido es una técnica analítica NO destructiva y altamente resolutiva. Por lo que se podrá volver a analizar las muestras, las veces que se requiera, lo que es de sumo interés en el ámbito forense.

En este microanálisis, las muestras son sometidas a un haz de electrones que en forma de barrido incide sobre la misma, que tiene una profundidad de campo 200 veces mayor que un microscopio óptico, pudiendo trabajar a unos aumentos del orden de los 100.000 x. De dicha interacción, haz incidente-muestra, se generan distintos tipos de respuestas que se traducen en señales y estas son captadas por detectores específicos, brindando una imagen de la morfología superficial e información sobre la composición elemental utilizando la dispersión de energía de Rayos X, la cual es característica para cada elemento. 

Como se menciono anteriormente, en cuanto al análisis químico de las partículas, y conforme al criterio adoptado en forma mundial y establecido en los diversos congresos realizados en nuestro país, se respetan las directrices de la norma ASTM (American Society for Testing and Materials) E 1588-20. 

En el siguiente gráfico, podemos apreciar una microfotografía de una partícula característica de GSR con su respectivo espectro de energía dispersiva de Rayos X, que da cuenta de la composición química de la misma.







Conclusiones

Es importante dejar en claro que la técnica de microscopia de barrido electrónico es un examen de tipo elemental (ya que buscamos partículas fusionadas de Pb, Ba y Sb), categórico y NO destructivo ya que podemos analizar la muestra las veces que se requiera. También es importante destacar que los residuos que buscamos con este análisis provienen del fulminante y NO de la pólvora, este concepto está muy distorsionado en varios colegas y judicaturas, por lo que me parece de suma importancia estar actualizado e interiorizado con las técnicas, muestras y procedimientos que se pueden utilizar tanto en el campo como en el laboratorio.


Escrito por: 

Lic. En Criminalística Gisela Echagüe.-  

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